El amargo trago de reducir el azúcar

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Los nuevos estándares de belleza muestran cuerpos esbeltos y delgados que están a la vista del ciudadano común en todas partes, desde la televisión y las redes sociales, hasta las vallas publicitarias y tiendas con artículos de ropa.

El impacto en las industrias de alimentos

Alcanzar estos estándares se ha vuelto una de las principales prioridades de algunas personas, pero a veces los estilos de vida impiden hacer cambios radicales y optan por pequeñas opciones que les permitan acercarse más a su objetivo. Una de ellas es el consumo de productos reducidos en azúcar.

Más que una moda esto se ha convertido en una tendencia a nivel mundial que ha alcanzado a las industrias productoras de alimentos, quienes han incluido versiones de sus recetas tradicionales con menos cantidades de azúcar garantizando además el mismo sabor.

Por supuesto que esto no ha sido fácil y ha requerido de constantes pruebas y ensayos variando los ingredientes y las proporciones para procurar el sabor de siempre sin incluir el valioso recurso que significa el azúcar en este tipo de alimentos o reduciendo su presencia al mínimo porcentaje posible.

Las industrias que más han sido sometidas a esta presión son las que incluyen alimentos de consumo ocasional como las galletas, chocolates, refrescos y bocadillos salados, por el impacto negativo que tienen para la salud de los consumidores el azúcar, la sal y las grasas.

Los comerciantes de este sector han expresado que la mayor dificultad se encuentra en variar las recetas de sus productos de siempre y conseguir la misma aceptación en el mercado, ya que las personas están acostumbradas a consumir alimentos muy dulces y cualquier variación puede significar un rechazo.

El azúcar es un componente importante que además del sabor proporciona textura y consistencia a ciertos elementos y reducirla ha significado un reto para las industrias. No obstante, las estadísticas aseguran que los consumidores están dispuestos a pagar un poco más por productos que puedan ayudarles a mantener una condición más sana.

Ante estas circunstancias y como alternativa al sabor dulce que proporciona el azúcar, las industrias de alimentos están implementando el uso de otro tipo de endulzantes de origen natural como la estevia, la sacarina, saborizantes y aromatizantes.

¿Cuál es el objetivo?

Como se ha venido planteando a lo largo de este artículo, la principal motivación de las personas para consumir productos reducidos en azúcar es obtener una figura lo más cercana posible a los ideales que establece la sociedad actual.

Por su parte, el objetivo de las industrias es ofrecer una respuesta a la demanda del consumidor que está optando por alternativas que le permitan acercarse a un estilo de vida más saludable, pero sin hacer cambios radicales.

Antes de perder las ventas por no satisfacer sus necesidades, mejor ofrecer versiones de los productos que prefiere la población adaptados a sus requerimientos actuales.

Sin embargo, los organismos encargados de velar por la buena salud de las personas como la Organización Mundial de la Salud, más allá de los estándares y las ventas, han establecido tendencias y acuerdos que deben cumplir todas las industrias alimentarias con el objetivo de procurar personas más saludables y con mejor calidad de vida.

Estevia como endulzante natural

stevia

En la actualidad muchas grandes marcas esta apostando por la estevia para reducir los azucares a sus productos pero manteniendo el dulzor de estos. Es muy recomendable a nivel doméstico empezar a utilizar la estevia en lugar del azúcar, para poner al café o a los iogures.

¿Es efectivo?

Habiendo establecido los objetivos de reducir el azúcar en los alimentos de consumo habitual solo queda preguntarse si realmente ésta es una medida efectiva para conseguirlos.

En respuesta a esta interrogante es necesario decir que reducir el azúcar es una buena forma de comenzar, pero no es la solución a todos los problemas de salud que se están presentando en la actualidad.

Para poner esta situación en perspectiva, de nada serviría reducir en 10% el azúcar que contiene un chocolate de 450 gramos, si ya en su totalidad excede cuatro veces la dosis diaria que se recomienda (25 gramos). De manera que aunque es una buena iniciativa por parte de las industrias debe mejorarse, y solamente es un aporte que requiere de la suma de otros para alcanzar el éxito.

En este sentido, la efectividad o no de esta medida depende completamente del consumidor, ya que constituye el factor determinante para llevar una vida saludable. El consumo de productos reducidos en azúcar, sal o grasas no será beneficioso si se consumen en exceso, se lleva mala alimentación y un estilo de vida sedentario.

Las claves para una vida saludable siempre serán la actividad física frecuente acompañada de una alimentación sana, que no necesariamente implica prohibiciones, pero sí requiere el consumo de porciones adecuadas y de alimentos de calidad que puedan proveer al organismo de todos los nutrientes necesarios para funcionar de forma correcta.

Finalmente, todas las alternativas que sean creadas para contribuir a reducir los problemas de salud y a crear hábitos saludables en las personas, como ha sido reducir el azúcar en los alimentos, merecen ser desarrolladas y mejoradas hasta que ser saludable se convierta en un estilo de vida y las personas aprendan a alimentarse correctamente y a evitar las prácticas dañinas que dañan nuestro organismo.

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